Solicito permiso para aterrizar

La nave despegó un 12 de enero del presente 2018, llevaba poco equipaje y aún lo es, material por lo menos, porque la bitácora está llena de lugares que he visto desde los cielos: los simétricos y caprichosos campos de cultivo de la escritura de Néstor García Canclini, la exuberante vegetación de los textos de Pierre Bordieu, los afluentes de Joel Bahloul y varios paisajes más; la nave también ha sido sacudida por las ventiscas frías de Lacan y Marx, pero desde la torre de control donde han estado las maestras que nos han acompañado durante el curso que ya termina, el vuelo ha sido seguro, falta poco, cada vez menos, la Dra. Rebeca, que es la ingeniera mecánica de aeronaves que se ha encargado de ayudarme desde la torre de control, ya se despidió, y ha sido grato, pero también se le extrañará, por lo menos hasta el siguiente vuelo.
Fue excelente haber contado con su apoyo, una mejor profesional no pudimos haber tenido, su habilidad para la tecnología fue de vital importancia para mantener a flote la nave, no la imagino en otras funciones. Lo que nos enseñó fue enriquecedor en más de un sentido, pues no sólo nos habló e hizo practicar con asuntos técnicos, también nos facilitó mapas para no extraviarnos, estoy segura que los temas vistos serán de fundamentales para el aterrizaje final.
Hoy 06 de mayo de 2018 he terminado este vuelo y solicito permiso para aterrizar, esperando que se aceptado y que una vez en la pista no me encuentre con el inconveniente de que mi nave tiene alguna abolladura.

Cambio y fuera.

Comentarios

Entradas populares